25 de agosto de 2016

Arcanos judíos que se repiten

Una Tierra Prometida para los judíos; otra para los musulmanes


La mejor forma de conocer a un pueblo es sondear en su historia y mejor aún si buceamos en su pensamiento a través de la historia. Los judíos siempre llaman nuestra atención, siempre hay algún conflicto con ellos. ¿Por qué son tan raros? Apenas constituyen el 0,02% de la población mundial y son más famosos que nadie.

Hay muchas cosas en ellos que siempre me han resultado misteriosas, incomprensibles, inaccesibles. Como la obsesión de los judíos porque sea su Dios el que les proporcione la tierra donde han de vivir. Todos los pueblos de la historia se han ganado su propia tierra a pulso, con su trabajo, o la han conquistado a cuchillo, ¿por qué los judíos tienen que hacer un pacto con Dios para conseguirla?

Sólo he hallado respuestas lógicas y razonables en los libros: “Armas, gérmenes y acero: breve historia de la humanidad en los últimos trece mil años” de Jared Diamond (un biólogo que se mete a historiador y le da la vuelta a la forma de hacer historia), y “Los Judíos: Historia del pensamiento” de Jesús Mosterín (un epistemólogo español al que admiro). A ambos os los recomiendo encarecidamente.


De ellos he podido deducir que hace unos 4.000 añitos más o menos, el pueblo que hoy llamamos judío ya andaba por esa misma zona donde siguen hoy y donde han estado siempre, lo que los historiadores llaman El Creciente Fértil, practicando el nomadeo con sus rebaños de cabras y ovejas. Pero resulta que por aquel entonces ya la mayor parte de la población practicaba con regular fortuna el cultivo de cereales y otras hierbas. Se habían hecho agricultores y, por consiguiente, sedentarios. Los asentados agricultores construían sus casas de piedra y ladrillo, y no de piel de cabra. Vivían en ciudades que crearon ellos y fraguaron el concepto de PROPIEDAD DE LA TIERRA. Es lógico que una gente que se pasa la vida trabajando una tierra de sol a sol para lograr unos puñados de grano considere que esa tierra es suya.

A medida que avanza este proceso de sedentarización y posesión de las mejores tierras, las tribus de pastores nómadas se van viendo expulsadas de las tierras más fértiles, que ahora tienen dueño, hacia las tierras baldías y cercanas a los desiertos. Lo que empobrece y dificulta sus vidas de modo cada vez más acuciante.

La población de las ciudades crece muy rápidamente porque la agricultura las proporciona más alimento y por tanto más posibilidades de vida. Además, la vida en comunidad favorece el desarrollo de artesanos especializados, ceramistas, carpinteros, constructores… Lo que hace nacer un entramado técnico y cultural desconocido para las tribus aisladas. Las ciudades avanzan, los pastores no.  Pronto los agricultores tienen que defenderse de las incursiones de las tribus de pastores que invaden sus cultivos con sus ganados e incluso, a veces, atacan a ciudades pequeñas para hacerse con el grano y sus enseres. Algunas ciudades llegan a construir murallas para su defensa. Los que han quedado atrás en el camino de la civilización atacan a las ciudades en una mezcla de odio y supervivencia.

Cuando las tribus semitas tienen falta de alimento, o les sobra gente, que viene a ser lo mismo, muchos de ellos van migrando a las ciudades y se asientan en ellas. En principio en Mesopotamia, después en Galilea.

Pero las tribus nómadas rechazan frontalmente la agricultura. Estar con el lomo doblado de sol a sol no les seduce nada. Para ponderar su rechazo basta recordar uno de sus mitos clásicos: La expulsión del Paraíso Terrenal. Yahvé crea a Adán y, como ve que el tío se aburre tan solito, crea a la mujer, y ahora como Adán empieza a meter mano a Eva y ésta, la muy ladina, se calla, pues se cabrea muchísimo y los echa del Paraíso (pura lógica aristotélica). Y en su expulsión, los condena: “Ahora tendréis que ganar el pan con el sudor de vuestra frente” Hay que fijarse que habla de pan y no de leche, carne o frutas (el alimento de los pastores), el pan es el alimento de los agricultores. Así que para este pueblo el paraíso es el pastoreo y la condena es el trabajo de la agricultura. Puede deducirse fácilmente del relato mítico que debido al pecado de Adán, Yahvé castiga a los judíos a adaptarse a la civilización que les acoge, a hacerse agricultores.

Pido disculpas a mis circunspectos lectores por la interpretación folclórica  que hago del mito.

Me llamó también la atención el problema del monoteísmo judío. Resulta que del mismo modo que ellos idealizan la creación del hombre como la creación de un solo hombre, también mitifican el origen de las tribus semitas como la existencia de una sola tribu, la de Abraham, de la que parten posteriormente las famosas 12 tribus, de sus 12 hijos. Estas tribus estaban formadas por un patriarca, dueño y señor de vidas y haciendas, y un dios que es tan propio de la tribu como su patriarca. Cada tribu tiene su dios. Lo que nos dice que los judíos NO eran en realidad monoteístas, salvo si consideramos a una sola tribu y nos olvidamos de las otras doce. Así cuando Yahvé se aparece a Jacob le dice: “Yo soy Yahvé, el Dios de tu padre Abraham, el Dios de Isaac…” Esto es, Yahvé tiene que identificarse para que Jacob no le confunda con los otros dioses.

Los historiadores fechan entre el 2100 y poco después del 2000 a de C. la época en que se produce el asentamiento casi masivo de las tribus semitas en las ciudades. Por estas épocas la obsesión por haberse quedado sin tierras fértiles debió ser generalizada entre las tribus semitas. Y es por entonces cuando Yahvé se presenta a Abraham y le promete darle tierras donde asentarse, concretamente las de Canaán, a protegerlos y darles mucha descendencia y a cambio Abraham y sus descendientes se comprometen a obedecerle y rendirle culto y ofrecerle sacrificios solo a él, a Yahvé, no a los otros dioses. Y como señal visible de la alianza los judíos tendrían que circuncidarse.

Lo verdaderamente original es que el hombre tenga que hacer un pacto con su dios, y que el resultado del pacto sea la entrega de una tierra donde asentarse. Y como creo haber puesto de manifiesto la causa última de este drama es haberse quedado atrás en el normal desarrollo de la civilización humana. Mientras los demás han descubierto y puesto en práctica la agricultura, ellos se han negado a participar del hallazgo y cuando vienen a darse cuenta han sido expulsados a los desiertos y no les queda tierra donde subsistir.

Esta es, en resumen, la tragedia del antiguo pueblo Judío,  del pueblo sin tierra. La tragedia que ellos fabularon y justificaron a su manera con el mito del Éxodo, Moisés, y demás. Pero esto es lo que les pasa a los pueblos que se quedan atrás en la cultura. Es la actual tragedia de los musulmanes. Y es la tragedia de áfrica.




Los musulmanes se quedaron anclados en la Edad Media, su edad de oro, y cuando han venido a abrir los ojos, en esa erróneamente denominada “Primavera Árabe” se han dado cuenta de que ni tan siquiera comprenden lo que ocurre en los pueblos avanzados. Utilizan sus teléfonos inteligentes, su televisión, sus redes de Internet y demás poderosas herramientas, pero para ellos son pura magia. ¿Y cuál es su reacción? La emigración masiva hacia los pueblos ricos de occidente por parte de los más inteligentes —un nuevo “éxodo”, sin un Moisés, y en barcas de goma—. Y el odio y el deseo de destrucción de Occidente de los más radicales.

Pero ¿cómo se puede atacar a un pueblo que tiene  misiles y bombas atómicas si ellos a  lo sumo son capaces de fabricar cuchillos? Con el terrorismo, obviamente. Resucitando los arcanos de las viejas religiones para despertar el odio y propagarlo de todas las formas posibles. Sembrar el caos para desarticular el superordenado occidente. Y con el apoyo económico de los musulmanes del Golfo que vivían sobre el tesoro de Alí Babá, sin saberlo, ni ser capaces de explotarlo, pero que ahora tienen todo el oro del mundo y se ven en la obligación de socorrer a sus indigentes correligionarios.

¿Tiene esto arreglo?

¿Cómo se arregló el problema de los judíos? ¿Necesitarán los árabes que baje de nuevo Alá a los desiertos y les castigue a ir a las universidades occidentales a estudiar ingenierías e informática con el sudor de su frente,  y construir las infraestructuras, las máquinas y los robots que les den de comer en el futuro?


Manuel Reyes Camacho




23 de julio de 2016

El cuento del trabajo maldito

Evolución del concepto de trabajo desde sus orígenes a la era industrial



Érase una vez los tiempos de Maricastaña, cuando la escritura apenas acababa de ser felizmente inventada. En aquella época, algunas mentes avanzadas consideraron la necesidad de dejar constancia escrita de las tradiciones orales que durante centenares, o quizá miles de años, se habían ido transmitiendo en forma oral.

Así nos cuenta la historia que Dios hizo al hombre y la mujer y los puso a vivir en el Paraíso Terrenal (actual desierto entre el Tigris y el Éufrates región donde moros y cristianos siguen intentando comprenderse a cañonazo limpio). Según parece, Adán, el muy pillín, se conquistó a Eva, o, perdón, creo que fue al revés. El caso es que Eva se llevó a Adán al huerto y, en fin, tampoco hay que entrar en detalles escabrosos, la consecuencia final es que Dios, se enfadó muchísimo por esto.

Uno puede caer en la tentación de preguntarse, ¿pero no había hecho a un hombre y una mujer, cómo es que se enfada por...? (No olvide el exégeta a la hora de intentar comprender los hechos que, por aquél entonces, aún no se había inventado la lógica, eso ocurrió después, en Grecia).

El caso es que se enfadó tanto que los condenó por la eternidad a tener que “ganarse el pan con el sudor de su frente”, (tampoco debe perder su tiempo el exégeta tratando de comprender de dónde salían los panaderos si solo estaban Adán y Eva) dicho sea en otras palabras: Los condenó a trabajar.

El trabajo, así, fue una condena divina por hacer marranaditas.

Curiosamente, los griegos, aunque no conocían estos cuentos de los judíos, decidieron que lo mejor era que trabajaran los esclavos y así las élites aristocráticas, aburridas, se dedicaron a inventarse la filosofía. Lo que consiguieron con gran mérito.

La pena fue que, dada la trayectoria de observación atenta de la naturaleza de los primeros filósofos, llamados presocráticos, cualquiera (hoy)  hubiera podido predecir el inevitable descubrimiento del secreto del pensamiento científico por los griegos. De no ser porque nacieron macarras como Sócrates, Platón y otros, que desviaron el pensamiento del buen camino, el de buscar la realidad objetiva. Por esto, y quizá porque en la época el trabajo no gozaba de mucho predicamento social. No sé si todo el mundo es consciente que el pensamiento científico es propio de currantes, y no de aristócratas, puesto que la experimentación es un trabajo manual de los gordos, minucioso, pesado y frustrante.

Esta animadversión por el trabajo, con diversos matices, ha sido así en todas las civilizaciones a lo largo de los siglos. No hay más que ver las uñas que se dejaban los aristócratas chinos y las mangas de sus vestidos, solo para demostrar que ellos no habían dado un palo al agua en su vida. Incluso en los siglos XVI y XVII, la nobleza española, sin ir más lejos, prefería la muerte por inanición a tener que trabajar. Si alguien lo pone en duda lo remito al Lazarillo de Tormes.

Hagamos un paréntesis para aclarar que, según los historiadores modernos, todo esto arranca del cambio social que las tribus primitivas sufrieron al pasar de una economía de cazadores-recolectores, que era casi un juego, a la de agricultores, donde el trabajo duro y constante era imprescindible para la supervivencia. Y… cuando aprendieron a escribir, cada uno contó a su manera este asuntillo del trabajo.

Fue la burguesía la que puso el paradigma del “trabajo maldito” en cuestión. La burguesía que surge en Europa en el Renacimiento y que basa su vida en el esfuerzo y el trabajo de sus negocios, de sus pequeñas e incipientes industrias, entre las que hay que incluir una pre-industrialización del campo. Con ello, logran vivir bien e incluso hacerse ricos muchos de ellos. Una burguesía que acaba teniendo todo el dinero de una sociedad cada día más industriosa. Frente a la nobleza, sumida, cada vez más, en la miseria de sus extensas tierras improductivas y sus sirvientes.

En Francia la nobleza necesita el dinero de los burgueses, pero no permite bajo ningún concepto el acceso de éstos a sus palacios. Los burgueses acaban cabreándose, se  monta la Revolución y terminan cortándole la cabeza a la nobleza en pleno, incluido el rey y su familia. Cae incluso Lavoisier, el "padre" de la química, que no despreciaba el trabajo, pero que era un aristócrata. En Inglaterra los aristócratas se afanan en casar a sus hijos con los herederos de ricos burgueses, con lo que paulatinamente los van fagocitando. Incluso inventan el darles títulos nobiliarios (Sir) a las personas (no aristócratas) de gran mérito (especialmente si el mérito era monetario).

Es en esta época de prosperidad que ha traído la incipiente tecnología y la creciente valoración social del trabajo donde surge con fuerza el pensamiento científico. Arranca en Italia con Galileo (un currante hijo de un músico), seguido por muchos en el resto de Europa, pero muy especialmente en Inglaterra, con hombres como Newton (otro currante que consigue títulos nobiliarios) y otros muchos nobles de los de sangre azul a quienes no les importa mancharse las manos en un laboratorio, y lo mismo ocurre en el resto de Europa, si exceptuamos a España, claro.

Y es que, podríamos decir que así como la filosofía y el derecho son frutos de las aristocracias, griega y romana respectivamente, la ciencia es hija de las burguesías renacentistas porque nace del esfuerzo intelectual y manual conjuntamente.

Con la llegada de la era industrial, el trabajo no solo es ya digno y valorado sino que se convierte en una necesidad imperiosa. La gente escapa de la esclavitud campesina de los aristócratas e inunda las ciudades industriosas, donde el que no trabaja se muere, desde el más rico al más pobre.

Hoy el trabajo está dentro de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Artículo 23: “Toda persona tiene derecho al trabajo,...” Y está contemplado en las constituciones de los países, y el mayor logro político de un gobierno está en ese sueño del pleno empleo.

Pero por desgracia la era industrial que comenzó, allá por el siglo XVIII,  y que a medida que se desarrolló acabó proporcionando trabajo a todo el mundo, ha evolucionado hacia finales del siglo XX en el sentido de quitárselo. Las máquinas han acabado haciéndose tan “listas” que trabajan solas, ya no necesitan a los trabajadores…

 ¿Y qué va a ocurrir ahora?


Manuel Reyes Camacho



19 de junio de 2016

Los políticos desILUMINATI y el Brexit



POLÍTICOS DesILUMINATI:

No, no me refiero a los “Iluminati”, esa orden secreta que nació en Baviera en la época de la Ilustración y que pretendía fomentar cosas como:
·         La educación de la mujer
·         La igualdad entre los sexos
·         Suprimir la superstición
·         Eliminar la influencia de la iglesia en la vida pública (laicismo moderno)

…y otros “disparates” por el estilo, y que fue ridiculizada, vilipendiada y “felizmente” abolida gracias a la presión de la Iglesia Católica hace ya más de 200 años. Curiosamente los  símbolos que se les atribuyeron siguen apareciendo en los billetes de dólar. Y lo más interesante de todo es que, pese a que ellos murieron,  sus magníficas ideas germinaron, fructificaron y siguen vivas. Su iluminación les guio por el camino correcto del avance social.

Hoy, en cambio, disfrutamos de un tipo especial de políticos que caminan en sentido contrario al avance social, por eso se me ha ocurrido denominarlos “Desiluminati”. Para mí los desiluminati  modernos son los Jordi Pujol, Artur Mas, Sabino Arana, David Cameron… Aquellos políticos que un día recibieron la inspiración divina -no desde la luz de la inteligencia como los Iluminati- sino  mientras apretaban en el excusado, y se dieron cuenta de que si ellos iban a contracorriente se harían famosos, gobernarían los movimientos de rebeldes sin causa, siempre numerosos,  y podrían vivir del rollo político el resto de sus días. Incluso con la nada quimérica probabilidad del enriquecimiento personal (para más información preguntar a Google por Pujol).

Si la humanidad ha seguido el claro camino de: familia,  tribu,  ciudades estado, estados, uniones de estados (EEUU, Europa)…  ¿Qué imagina usted que será el futuro? ¿Cataluña independiente? ¿Carchuna independiente? ¿Gran Bretaña independientes? La historia nos demuestra que la carrera por la unidad en la humanidad es imparable, ¿Qué sentido tiene navegar a contracorriente?

Tiene uno muy provechoso para ciertos políticos: hacerse famosos, lograr el poder. Bien es verdad que aunque la gente en grandes masas se comporta –nos comportamos- como borregos, para lograr que un gentío se dé la vuelta, caminen a contracorriente, se revuelvan en contra de la lógica común, es necesario fomentar uno de los sentimientos más fuertes de la humanidad: el odio.

Generar el odio es lo que se hizo en el País Vasco, lo que acabó generando a los “ejecutores” de ETA. Generar el odio es lo que se hace en Cataluña donde se ha infiltrado soterradamente este odio al resto del país desde la escuela. Donde se ha utilizado la lengua como elemento separador. Donde se ha retorcido la circunstancia de ser una región industrializada y rica y por tanto, junto con Madrid y otras regiones, ejercer la solidaridad en favor de regiones más pobres, con el eslogan “España nos roba”, cambiando así la generosidad por el odio.

Generar el odio es lo que está haciendo David Cameron en el Reino Unido. Utilizó la amenaza de la independencia de Europa en primer lugar para extorsionar a la Unión y lograr beneficios extra que no tienen otros países. Pero para que sus palabras tuvieran un contenido realista tuvo que generar el miedo y el odio hacia Europa advirtiendo a su pueblo del peligro de su pérdida de soberanía en favor de Europa –su enemiga ancestral- de las pérdidas económicas y especialmente ahora del peligro de la “invasión” de los refugiados musulmanes. No olvidemos que los isleños británicos se han pasado la historia luchando contra invasores de todo pelo. La consecuencia del odio desatado ha sido la división del país y, especialmente, la muerte de la diputada Jo Cox por tratar de impedir la extensión de la oleada de odio desatada. De nada ha servido que cuando Cameron fue consciente de que jugar con fuego había provocado un incendio, el “Br€xit”,  se cambiara la chaqueta y se pusiera a defender la unión. Ahora ya es tarde, el daño está hecho.

Concluyo resaltando que el principal problema social que desatan estos “desiluminati” modernos es el odio, que trae como consecuencia la división de la sociedad y finalmente el enfrentamiento y la violencia. Y sugiriendo que deberíamos presionar a los políticos sensatos a legislar más ampliamente sobre los delitos de odio y promover esta legislación a tribunales internacionales. Un político que genere el odio debería ser apartado de toda función pública de por vida y su encarcelamiento adicional si su campaña de odio ha generado la muerte de alguien.




Unos días más tarde:
  

¡BR€XIT!  O el suicidio del DESiluminati Cameron

A uno le debería asustar y entristecer la catástrofe, totalmente innecesaria, que ha desatado el desiluminati Cameron con su torpeza y falta de visión política. Ha jugado con fuego, como decíamos en el artículo anterior sobre el tema y ha incendiado Europa, posiblemente ha roto el Reino Unido y surgen fogatas en las bolsas de todo el mundo, y no precisamente por haber ocurrido en la noche de San Juan.

El desiluminati Cameron, para lograr sus fines personales, invocó al miedo, al egoísmo y al odio, y perdió, (los bisabuelos ingleses todavía recuerdan los bombardeos alemanes y temen a los inmigrantes). Como se considera un iluminado, siempre pensó que él sería capaz de dirigir a las masas y llevarlas a su redil, pero pienso que le faltó saber dos cosas:

a)     Que una vez afloran estos nefastos sentimientos las masas son ingobernables (los jóvenes ingleses ha votado por la Unión, pero los más viejos y los medianos lo han impedido).
b)    Que los grandes proyectos que unen a la humanidad, como la creación de la Unión Europea, son proyectos de élites ilustradas, no del pueblo. Lo he oído del matemático y analista Juan Ignacio Crespo y me ha gustado mucho. No se trata de volver al despotismo ilustrado, sino a no confundir el régimen democrático con el asambleario. Si en los años 50 y 60, cuando comenzaron a gestarse los primeros tratados que acabarían dando lugar a la actual Unión Europea, se hubiera llevado a referéndum el sí o no a la Unión, habría salido un NO como un castillo. En aquellas fechas los franceses, ingleses, alemanes, polacos… todavía lloraban a sus muertos. La unión para evitar futuras guerras con la excusa de un fructífero intercambio comercial no podía caber en los corazones del pueblo llano, como no ha cabido en los del pueblo inglés aún hoy, 40 o 50 años después. La Ilustración fue un movimiento que proponía actuar siguiendo los dictados de la cabeza, no los del corazón. Pero hasta hoy esta filosofía solo ha sido prerrogativa de élites. Que yo sepa, a las masas solo las mueve el corazón y lo penoso es que todos formamos parte de ellas algunas veces.

Hoy nos enfrentamos a una hecatombe bursátil, económica, social y política por la decisión  absurda de convocar un referéndum que nadie había pedido. Un invento superlativo propio de un estúpido ignorante engreído. Lo que se dice un arcaico desiluminati, hoy apagati.

Pero, pasada la sorpresa inicial, he de confesar que más que triste o asustado, me siento alegre y contento. Que las vamos a pasar mal en unos meses es evidente; por el caos y la confusión creada ante una situación tan surrealista, y quizá nos enfrentamos a más de un par de años de negociaciones hasta que todo vuelva a la estabilidad, pero pienso que, aunque también hay inconvenientes,  las ventajas del Brexit para Europa son clarísimas:

A)    Reino unido ha sido siempre el perro del hortelano de Europa, ni come ni deja comer. Se ha dedicado siempre a poner palitos en las ruedas para evitar que le Unión avance. Ha estado siempre con un pie dentro y otro fuera, aceptando lo que le reporta beneficio y rechazando el resto. Ahora la Unión tendrá que avanzar para evitar males mayores y no habrá quien lo impida. ¡Hemos conseguido la libertad!
B)    Las pérdidas comerciales serán transitorias, mientras dure el caos normativo y legislativo que se ha generado. Si hoy tenemos un intenso intercambio comercial con UK es porque nos beneficiamos ambos. ¿Por qué razón no vamos a continuar? Solo habrá que cambiar los acuerdos, las leyes, las letras escritas en los papeles, solo eso. Dice Juan Ignacio Crespo que el United Kingdom de hoy “cree” haber votado NO, pero dentro de unos años se dará cuenta que en realidad ha votado SI, puesto que todo seguirá igual, excepto que ellos estarán fuera y más aislados. La unión de todos los pueblos, la mundialización, es imparable.
C)    El mayor daño lo veo en la incertidumbre, el desasosiego generado en millones de personas y, especialmente, en aquellos cuyos puestos de trabajo podrían perderse.

Por mi parte solo me queda desearles a los británicos lo que dice el refranillo español:
¡Tanta paz logréis como descanso dejáis!

Manuel Reyes



12 de marzo de 2016

Ondas Gravitacionales


“Los responsables del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO), en EE UU, han anunciado hoy que han captado las ondas producidas por el choque de dos agujeros negros, la primera detección directa que confirma la teoría de Einstein. El anuncio se ha hecho en una conferencia de prensa celebrada en Washington y retransmitida por Internet. Los resultados científicos han sido aceptados para su publicación en Physical Review Letters, según ha informado en una nota del Instituto Tecnológico de California (Caltech)". El País, 11 de Febrero de 2016[i].


Aunque el tema haya saltado a la prensa como si acabara de descubrirse la electricidad, el invento de las ondas ha cumplido ya sus 100 añitos, y es solo una de las múltiples predicciones que hizo Einstein deduciéndolas en su Teoría de Relatividad General, solo que para llevarla al laboratorio y comprobarla ha necesitado un siglo del esfuerzo intelectual y el trabajo de tres generaciones de científicos para poner a punto la tecnología capaz de confirmarlo. Y para el éxito final ha tenido que reunirse un equipo de casi 1.000 científicos de 15 países. Pero lo que para el mundo periodístico ha sido un bombazo, para el mundillo científico solo ha sido un… ¡hombre, por fin, ya era hora!

Einstein, el último llanero solitario de la investigación, ­—hoy se trabaja en equipo— se “inventó” un campo gravitatorio singular, inconcebible en su época, que constituye una de las teorías más bellas de la historia de la ciencia, solo comparable a la Teoría Electromagnética de Maxwell. Una teoría que es además la última, la culminación de lo que hoy llamamos Física Clásica, después vino la Cuántica, esa locura en la que hoy nos encontramos. La Relatividad General es como el tejado, la cúpula y el campanario de esa maravillosa catedral del conocimiento que es la Física Clásica.

Podríamos decir que cuanto existe en el universo, galaxias, estrellas, planetas, personas, lechugas, todo está inmerso en el espacio-tiempo que es algo así como la infraestructura del cosmos. Si no hubiera cuerpos masivos en su interior la geometría del espaciotiempo sería como un retículo formado por un montón de cubos perfectos apilados en las tres direcciones del espacio, algo así como un cristal cúbico de sal común pero sin átomos. Bueno, en realidad un poco más complicado porque esto sería así para el espacio con sus tres dimensiones ortogonales, pero como además está el tiempo, que es la cuarta dimensión, inseparable de las anteriores, pues tendríamos unos “cubos” de 4 dimensiones en lugar de 3. Y dado que nuestro cerebro es incapaz de formarse una idea de este volumen tetradimensional, para representarlo con una imagen inteligible dibujamos dos dimensiones de espacio —un plano— y una de tiempo. Pero no hay que preocuparse por esta incapacidad geométrica de nuestro cerebro ya que sí que podemos manejar el concepto mediante ecuaciones aritméticas, con el llamado cálculo tensorial.

 
Fig. 1 Retículo espacio-temporal (dibujando solo dos dimensiones) del universo en ausencia de masas.

Si hemos logrado ya hacernos una idea aproximativa sobre ese espaciotiempo de geometría regular perfecta imaginemos ahora que introducimos en él toda la materia del universo con sus galaxias, estrellas, tomates, etc. Pues, según Einstein, estos objetos masivos lograrían “arrugar”  esa estructura perfecta, deformarla, curvarla. Si eliminamos dos de las cuatro dimensiones podemos dibujar una cuadrícula en un plano y entonces la presencia de la masa provoca una deformación, una curvatura que puede comprenderse fácilmente, como se indica en las figuras 1 y 2.


          Fig. 2 Deformación del e-t (supuesto bidimensional) provocada por la Tierra. La que provocaría Einstein no está dibujada.

            Pues bien, el campo gravitatorio no es otra cosa que las deformaciones del espaciotiempo provocadas por la masa. La intensidad del campo gravitatorio en un punto viene dada por la curvatura de las “líneas” del e-t en ese lugar. No hay ninguna fuerza, como supuso Newton.  Sólo un e-t deformado que obliga a seguirlo a todo objeto en movimiento. Una masa como la Luna que intentase pasar junto a la Tierra quedaría atrapada en este pozo espaciotemporal girando en órbitas elípticas, circulares o parabólicas, dependiendo de la velocidad y la masa del objeto. Pero incluso si en este campo gravitatorio lanzásemos un rayo de luz láser, no podría propagarse en línea recta sino que seguiría la curvatura de estas líneas que hemos dibujado y a las que llamamos geodésicas, que son, en este campo gravitacional, los caminos más cortos posibles entre dos puntos. Del mismo modo que la línea más corta entre un punto del ecuador y el polo norte es el meridiano y no una línea recta, que es imposible trazar sobre la superficie curva del planeta. La línea recta es solo una entelequia inventada por  Euclides; nadie ha visto nunca ni dibujado una línea recta, no es posible sobre la superficie curva del planeta que, a su vez, está inmersa en un e-t curvo. La línea recta solo existe en nuestra mente.


      ¿Pero cómo se forman las ondas gravitacionales?

Fig. 3. Ondas gravitacionales producidas por una estrella binaria.

                Todas estas deformaciones que provocan las estrellas y los planetas están en continuo movimiento. Si pensamos en el sistema solar con todos sus planetas y satélites tendremos una imagen de deformaciones que se mueven girando unas alrededor de otras. Si en la superficie libre del agua introdujéramos una serie de palitos y los moviéramos unos alrededor de otros se formaría todo un baile de ondas; ondas transversales, como las gravitatorias. Algo similar ocurre en el e-t. El problema es que la energía que las masas en movimiento invierten en deformar el e-t es muy pequeña, o dicho de otro modo, las ondas gravitatorias portan una energía insignificante y para detectarlas hacen falta aparatos tremendamente sofisticados. Tras 100 años en su búsqueda hoy tan solo podemos captar las ondas producidas por acontecimientos caóticos del universo como la explosión de una supernova, el choque de dos agujeros negros, etc. Se ha calculado que en este último caso, la fusión de dos agujeros negros en el centro de nuestra galaxia, provocaría una onda gravitatoria que alcanzaría la Tierra con un flujo de energía de 104 J/m2s, lo que  supondría una energía fácilmente medible para nosotros, pero estamos hablando de un terrible cataclismo que no ocurre todos los días. La energía de la onda provocada por el giro rápido de dos estrellas de neutrones desde el mismo lugar no sobrepasaría los  10-20 J/m2s,  y detectar 0,000 000 000 000 000 000 01 julios por metro cuadrado y segundo… ya son otros López. He ahí la razón de que llevemos un siglo tras su pista sin haberlo logrado hasta este año. No obstante las ondas gravitatorias tienen un largo alcance debido a que no se atenúan con el cuadrado de la distancia, sino solo con la distancia: 1/d.


¿Y cómo pueden detectarse estas ondas?

                Además de la dificultad que supone su bajísima energía, tenemos otra no menos despreciable. Cuando se deforma el espaciotiempo se deforma igualmente cuanto hay en él. La Tierra no es más ancha por el ecuador debido a la fuerza centrífuga (que no existe) sino porque esta es la geometría del e-t que la rodea debido a las deformaciones que provocan el Sol y la Luna en su entorno. Son las llamadas “fuerzas de marea”. El nombre es ya inadecuado puesto que no existen “fuerzas” gravitatorias pero en la época de Newton las deformaciones planetarias y, especialmente las marinas, que son las más visibles, se explicaban por la mayor o menor “fuerza de atracción gravitatoria” de la Luna y el Sol. La verdad es que las aguas oceánicas simplemente siguen la forma del e-t donde se encuentran. Si colocásemos un metro rígido en cualquier lugar, cuando pase una onda gravitatoria se curvará a su paso como una serpiente, así como el científico que lo sostiene. Lo mismo ocurriría con un rayo láser y con todo cuanto existe. ¿Cómo podemos detectar que el mundo se deforma si también nosotros nos deformamos? Pues en realidad es sencillo: recurriendo al ingenio humano que no tiene límites (según parece).

 

Fig. 4. Interferómetro LIGO (Laser Interferometer Gravitacional Observatory) con dos brazos perpendiculares de 4 km cada uno.

            De este modo han surgido los interferómetros, como el Observatorio LIGO[ii], que son solo un perfeccionamiento del ideado por Michelson[iii]. Hoy sabemos que las ondas gravitacionales al pasar por un objeto lo comprimen en una dirección y lo expanden en la dirección perpendicular, como si aplastáramos una bola de masa entre dos tablas, por esta razón los interferómetros para ondas gravitacionales se construyen en forma de L. Cuando una onda G lo alcance, una rama de la L se contraerá mientras la otra se dilatará. Si somos capaces de medir esta diferencia de longitudes habremos captado la onda. Pero hay otro problemilla. Las ramas del observatorio se alargan y encogen en unos 10(-18) metros, esto es, la milésima parte del diámetro de un protón. No se empeñe, esa regla maravillosa que tiene sobre la mesa que mide medios milímetros no sirve. Pero un haz de luz láser que se divida en dos y recorra varias veces esos túneles de la L para finalmente volverse a encontrar, producirá una magnífica imagen de interferencia con la que los científicos podrán medir la intensidad de la señal y hasta la dirección de la que viene… ¡dicen ellos!

Hoy tenemos ya un interferómetro colosal colocado en el espacio donde cada uno de los brazos  mide 5 millones de km y por tanto podrá captar ondas G muy débiles. Nos referimos al LISA Pathfinder[iv] (Laser Interferometer Space Antenna) que no es más que una prueba para ver si funcionan los nuevos aparatos construidos y mejorar todo el proceso para lanzar finalmente el verdadero LISA que se situará en el punto de Lagrange 1, que es ese punto situado en la línea que une el Sol y la Tierra, justo a 1,5 millones de km de la Tierra y donde ambas “fuerzas gravitatorias” se anulan de modo que un objeto situado allí se vería desde la Tierra siempre “inmóvil” en el centro del disco solar (no es nada recomendable mirar al Sol para comprobarlo), pero lo más importante es que estaría en “caída libre” dentro del Sistema Solar, esto es que no le afectarían los campos gravitatorios del Sol y la Tierra, sería casi como si no existiera el Sistema Solar.


¿Pero por qué gastamos tanto esfuerzo y dinero en captar esas ondas?
                Los astrónomos están entusiasmados con estos proyectos porque esto abre una nueva ventana a la contemplación y estudio del Universo. Hasta ahora sólo lo “veíamos”, a partir de ahora también lo vamos a “escuchar”. Es como si a nuestros astrónomos les acabaran de implantar unos oídos; antes eran sordos.

Fig. 5. Espectro electromagnético de la luz y aplicaciones en astronomía.

                Pese a la enorme variedad de aparatos que utilizamos para observar el Cosmos, la verdad es que todos ellos captan ondas luminosas, ondas electromagnéticas, visibles o no por nuestro ojo, pero siempre ondas luminosas. Así desde las longitudes de onda de los rayos X y ϒ, donde captamos los episodios más violentos como explosiones de supernovas, estrellas de neutrones, etc. al otro extremo del espectro, en la banda de las microondas y ondas de radio donde captamos la radiación de fondo y las nebulosas de polvo donde se forman las estrellas, tenemos un verdadero arsenal de aparatos (telescopios) especializados. Pero las ondas gravitatorias no son electromagnéticas, no tienen nada que ver con ellas y por tanto tienen otras propiedades distintas, es una ventana nueva a través de la cual se abre un nuevo universo desconocido.  La misma onda captada recientemente a la que hacíamos referencia al inicio podría deberse a la fusión de dos agujeros negros, pero cuando los telescopios de la banda del visible se enfocan al sitio que indica el interferómetro LIGO, lo que encuentran es una estrella supermasiva. ¿Significa esto que en el interior de una estrella podrían existir agujeros negros sin que la estrella haya colapsado? Hoy no son más que especulaciones sin confirmar pero está claro que esta nueva ventana nos podría deparar grandes sorpresas.

                Es curioso que se esté generalizando la idea de que con las ondas G podremos “escuchar al Universo”. Esto se debe a lo que empezó siendo una broma y está acabando en serio. Los astrónomos, como los físicos de hoy en general, suelen tener un alto sentido del humor (no era así en tiempos de Newton) y dado que la frecuencia de las ondas gravitatorias es, en cierto modo, similar a las ondas sonoras, a algunos astrónomos se les ocurrió la idea de convertirlas en sonido mediante un truquito electrónico-informático, de modo que así se las pueda oír, literalmente hablando. Picar aquí para escuchar una de ellas y aquí para otra, y la última.
Manuel Reyes Camacho


Notas



[i] L.I.G.O. Descubierta la primera señal de ondas gravitacionales:
[ii] Observatorio de ondas gravitacionales en EEUU:
Vídeo del Observatorio LIGO: https://youtu.be/RzZgFKoIfQI
[iii] El interferómetro que ideara Michelson en 1887 y con el que intentaría, durante toda su vida, “detectar” la existencia del éter, sin lograrlo:
[iv] LISA Pathfinder es un interferómetro que ya está en órbita, puede ampliarse los datos en diversas web y vídeos:
Video LISA del instituto Max Planck de Alemania: https://youtu.be/MuHE8x8nq7U
La web “oficial”: https://www.elisascience.org/