30 de junio de 2017

El sexo del cerebro



El hallazgo neurológico de que el cerebro puede tener un "sexo" diferente de la herencia cromosómica (XX, XY) sigue generando controversias sociales y religiosas.

Hay descubrimientos científicos que pasan casi de inmediato a la cultura popular mientras que otros se resisten tenazmente a lo largo del tiempo. Son, especialmente, aquellos que desmontan viejas creencias o mitos religiosos. Recordemos que todavía hay sectas protestantes americanas que no admiten la Evolución de las Especies, descubierta y explicada por Darwin hace 160 años y confirmada universalmente.

Algo similar ocurre con todo lo relacionado con la sexualidad humana. Cualquier alteración en la sexualidad estándar de las personas es interpretada por algunas religiones como perversión, depravación, degradación. Cuando en realidad se trata de simples alteraciones biológicas que, eso sí, descalabran la convivencia social de quien las padece. La sociedad ataca a todo el que es diferente. Y las sectas fundamentalistas cristianas, musulmanas, etc., supuestamente piadosas y misericordiosas, se encargan de que este sufrimiento se convierta en un infierno.

Es por esto que el tema necesita de un poquito de pedagogía y divulgación científica para incrementar el nivel cultural de algunos. Pienso que solo con que se conociera lo que la biología y la neurología de hoy saben al respecto no serían necesarias fiestas reivindicativas como el Orgullo Gay, el día de la mujer,  y tantos otros “días” que son producto de los prejuicios sociales debidos a la ignorancia. Pero debo advertir que yo soy químico y no experto en las especialidades concernidas así que mi aportación en este artículo no pasa de una modesta divulgación científica proveniente de la lectura de libros y artículos que al final reseñaré.

Veréis, existen nada  menos que tres niveles de tipologías sexuales:

1.- El sexo CROMOSÓMICO.  Que viene determinado por la herencia cromosómica del feto que puede ser femenina, si tiene los cromosomas XX, o masculina si tiene los XY. Pero en estas herencias cromosómicas pueden surgir problemas.

2.- El seso GONADAL, que en general viene determinado por los cromosomas heredados pero que en algunas niñas con ciertas enfermedades originan genitales ambiguos.

3.- Sexo CEREBRAL. Un niño con genitales masculinos y cromosomas XY puede sentirse mujer y comportarse como tal. Y lo mismo ocurre con las niñas, XX, con genitales de mujer y que se sienten hombres.

Ya en el caso primero, del sexo cromosómico, pueden darse una gran variedad de alteraciones sobre la norma: individuo con cromosomas XX es hembra y con XY es macho. La cosa es mucho más complicada porque hay personas con “averías” como el síndrome de Turner, con un solo cromosoma X (resulta una niña), o el de Klinefelter con tres cromosomas XXY, del que resulta un niño. Incluso a veces ha podido observarse la formación: XXXY. Pero no vamos a entrar en las anomalías cromosómicas y sus consecuencias que son muy complicadas. Tampoco con el sexo gonadal que a veces hace que los órganos sexuales del niño no se correspondan con sus cromosomas o incluso a veces que sean ambiguos, que tengan los dos.

En el caso que nos ocupa nos interesa el último, el sexo CEREBRAL que es el que nos conduce a las preguntas:

  • -¿Puede un niño tener cuerpo y gónadas masculinas y cerebro femenino?
  • -¿Cómo es posible que una niña con cuerpo y gónadas femeninas se sienta hombre?

Ambas cosas son posibles y de hecho se dan con relativa frecuencia para desgracia social de los afectados. Por fortuna hoy se conocen las causas fundamentales gracias a exitosas investigaciones que se iniciaron en el pasado siglo XX y que dieron lugar a varios Premios Nobel de química y medicina; y que lógicamente continúan. La investigación en mamíferos de diversas especies está muy avanzada puesto que los primeros estudios sobre diferenciación sexual empezaron a mediados del siglo XX, pero en humanos, por razones éticas fácilmente comprensibles la investigación se encuentra más retrasada, si bien es cierto que a niveles bioquímicos y funcionales todos los mamíferos somos semejantes y algunos descubrimientos realizados en otros mamíferos como ratones, conejos, primates, etc., pueden aplicársenos.

El descubrimiento clave en este tema fue comprender que:

“El sexo del cerebro”, y por tanto la conducta y la forma de ver el mundo, puede diferir del sexo cromosómico y gonadal.

Los conocimientos científicos actuales nos dicen que:

Todos los cerebros fetales se forman originariamente femeninos y si no se ven sometidos a un proceso de “masculinización” seguirán siendo femeninos durante la gestación y nacerán así; independientemente de que sus gónadas sean masculinas o femeninas.

El proceso de masculinización del cerebro se produce en el útero materno, y entre las semanas 8 a 18, mientras que la masculinización del cuerpo se produce muy posteriormente,  en la pubertad. Ambos procesos están regidos por esa hormona tan típicamente masculina que es la testosterona, pero actuando en tiempos distintos y mediante mecanismos metabólicos diferentes. Es por esto que el mecanismo puede producir finalmente resultados asombrosos,  como un cerebro con distinta sexualidad que su cuerpo.

Es curioso también, a nivel bioquímico, el hecho de que las dos hormonas clave en la sexualidad masculina y la femenina: la testosterona y el estradiol, sean moléculas muy similares y ambas procedentes del colesterol.

Fig 2.- Obtención del estradiol a partir de la testosterona.

 ¿Cómo se fabrica un hombre? 

Un cigoto tiene, en el vientre de la madre, una evolución similar si es macho o hembra, salvo que cuando llega el momento,  si el embrión es niño (XY), por “ordenes” del cromosoma Y, comienza a formarse el tejido testicular. Entre los meses 3º y 4º, ocurre un hecho singular; los incipientes testículos del bebé comienzan a segregar testosterona de forma precoz y en grandes cantidades, que se suman a las que también produce la madre (desde sus ovarios y cápsulas suprarrenales) lo que provoca una “inundación” de testosterona en el cerebro del bebé. Y este proceso hace que el cerebro se transforme en masculino.  A partir de 4º mes de embarazo a la testosterona se unirá la hormona SIM (Sustancia Inhibidora Müleriana) que le ayudará a eliminar las estructuras femeninas del cerebro y erradicarán los órganos reproductivos femeninos. Así, cuando el parto se aproxima, en el vientre de la madre habrá un niño con cromosomas XY, gónadas masculinas y cerebro masculino.

De no producirse esta inundación de testosterona y en estas fechas fijas, el cerebro del feto no cambiaría, esto es, seguiría siendo femenino. Al nacimiento, tendríamos un niño, con gónadas masculinas pero con cerebro femenino. Esto significa que después de nacido se sentirá mujer y pensará y actuará como mujer pese a tener pene,  testículos y cromosomas  XY.

Si el embrión fuese de una niña, esto es con cromosomas XX, su cerebro no sufrirá ninguna transformación durante la gestación porque no se verá sometido a la testosterona. Incluso la hormona típica femenina, el estradiol de su madre, no le producirá cambio cerebral alguno ya que esta hormona no puede atravesar la barrera encefálica y alcanzar su cerebro. Es más, el feto femenino no comienza a segregar estradiol hasta la primera semana posterior al parto.

Un cerebro que se forma SIN la influencia de la testosterona es femenino, independientemente de sus cromosomas.

Un cerebro que se forma CON la influencia de la testosterona entre los meses 3º y 4º de gestación será masculino, independientemente de sus cromosomas.

Si esto lo hubiera sabido el que escribiera el Génesis habría explicado la creación del hombre de modo muy distinto, quizá así:

Y dijo Dios: Hagamos a la mujer a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza… Dios hizo a la mujer y vio que no era bueno que estuviera sola, así que tomó un trocito de su cerebro, sopló sobre él y creó al hombre.



Pero nos falta explicar algo que ya no nos resultará tan sorprendente: la segunda fase de la fabricación de un hombre:
Fig 3.- Niveles de testosterona en la vida de un hombre.
Entre los 9 y los 15 años el nivel de testosterona aumenta de nuevo hasta alcanzar una concentración 20 veces superior a la que tenía de niño. Comienza la adolescencia. Dice la Dra. Brizendine que si la testosterona fuese cerveza, un niño de nueve años recibiría una copa diaria y a los 15 años, 8 litros diarios. Con esto comienza un nuevo ciclo de transformación. Comienza a aparecer la barba y el vello corporal, cambia su voz a mucho más grave, aumenta su masa ósea y muscular, se vuelve agresivo, territorial, dominante, rebelde, buscador de conflictos, no escucha a padres ni profesores, los estudios le importan un pito,  lucha por destacar por dominar por ser el macho alfa… y por no seguir enumerando cambios concluiremos con el más importante:

El centro de su mente lo ocupa el sexo.

Ya tenemos un hombre adolescente.

Manuel Reyes Camacho


BIBLIOGRAFÍA

  • ·         LOUANN BRICENDINE. Cerebro masculino. RBA Libros. 2013. Barcelona. ISBN: 978-84-9867-969-4.
  • ·         FRANCISCO J. RUBIA. El sexo del cerebro. Temas de Hoy. 2007. ISBN: 978-84-8460-628-4
  • ·         FRANCISCO TRAVER TORRAS. El sexo de nuestro cerebro. https://pacotraver.wordpress.com/2013/05/03/el-sexo-de-nuestro-cerebro/
  • ·         S. SEGOVIA y A. GUILLAMÓN: “Cerebro, hormonas y orientación sexual”, en “El cerebro intimo: ensayos sobre neurociencia” de Francisco Mora. Ariel neurociencia, Barcelona 1996.
  • ·         UNAM Las hormonas sexuales y el cerebro: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/43/las-hormonas-sexuales-y-el-cerebro
  • ·         VALRIA SABATER. El sexo del cerebro. https://lamenteesmaravillosa.com/el-sexo-del-cerebro/
  • ·         Sexuación. Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Sexuaci%C3%B3n
  • ·         BIBLIOGRAFÍA
  • ·         LOUANN BRICENDINE. Cerebro masculino. RBA Libros. 2013. Barcelona. ISBN: 978-84-9867-969-4.
  • ·         FRANCISCO J. RUBIA. El sexo del cerebro. Temas de Hoy. 2007. ISBN: 978-84-8460-628-4
  • ·         FRANCISCO TRAVER TORRAS. El sexo de nuestro cerebro. https://pacotraver.wordpress.com/2013/05/03/el-sexo-de-nuestro-cerebro/
  • ·         S. SEGOVIA y A. GUILLAMÓN: “Cerebro, hormonas y orientación sexual”, en “El cerebro intimo: ensayos sobre neurociencia” de Francisco Mora. Ariel neurociencia, Barcelona 1996.
  • ·         UNAM Las hormonas sexuales y el cerebro: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/43/las-hormonas-sexuales-y-el-cerebro
  • ·         VALRIA SABATER. El sexo del cerebro. https://lamenteesmaravillosa.com/el-sexo-del-cerebro/
  • ·         Sexuación. Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Sexuaci%C3%B3n

2 comentarios:

Arcadio R.C. dijo...

Un artículo interesantísimo y oportuno. Cuánto más felices seríamos sin tantos prejuicios acientíficos. Repito: magnífico.

Manuel Reyes Camacho dijo...

Gracias, me alegra que te haya gustado. Y es que la ciencia a veces no logra traspasar la barrera de la ignorancia social. Creo que esta se comporta como la barrera encefálica que deja pasar a muy pocas sustancias a su interior.