18 de marzo de 2018

Sobre la JUSTICIA, la CIENCIA y la EDUCACIÓN



La discusión sobre la Prisión Permanente Revisable ocupa en esta época un papel destacado en toda la prensa y en la actividad parlamentaria, especialmente en esta última donde tuvimos ocasión de ver un espectáculo deplorable en el que  volvemos a preguntarnos una y otra vez, pero ¿a quiénes hemos votado? ¿Es verdad que estos nos representan?

El tema es, debería ser, eminentemente jurídico, pero claro, cuando se trata de justicia de un modo u otro se suele confundir con la venganza y entonces se convierte en un tema muy pueblerino. Por otro lado, y debido a su anárquica aplicación, la justicia nos suena a chacota porque a los grandes ladrones de guante blanco no se les obliga a devolver lo robado y los delincuentes en general están en la calle a los pocos meses. Como reconoció el propio presidente del Tribunal Supremo, en España tenemos una justicia de robagallinas.

Adelanto que soy un lego en materia jurídica así que ruego a mis posibles lectores que no se tomen muy en serio lo que digo y mejor busquen bibliografía de fuentes más fiables.

Por lo que yo he podido entender la Prisión Permanente Revisable es una especie de cadena perpetua con el atenuante de que puede ser revisada en ciertos periodos de tiempo. Si esto se toma como una venganza de la sociedad ante ciertos crímenes horrendos puede parecer un poco excesiva. Si se toma bajo el punto de vista de la izquierda “guay” para la que “los presos son víctimas del sistema capitalista”, sería inaceptable. Pero si la consideramos como un modo posible de salvaguardar a la sociedad ante criminales irremisibles e irrecuperables entonces a mí me parece bastante razonable.

De hecho, este tipo de prisión está aceptado por la Corte Internacional Penal y por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo y la tienen la mayoría de países europeos como Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Bélgica, etc. ¿Entonces cuál es la razón por la que no podemos tenerla nosotros?

A mi modo de ver, aparte de las poses políticas de nuestra izquierda guay, la razón profunda está en los cimientos mismos de la justicia penal española que, si no estoy equivocado, se basa en el artículo 25.2 de la Constitución: “Las penas privativas de libertad están orientadas hacia la reeducación y reinserción social”. Esto es, creemos que todo bicho viviente puede ser reeducado y reinsertado en la sociedad, lo cual es EVIDENTEMENTE FALSO, completamente erróneo, eso lo sabe todo el mundo, pero seguimos manteniendo  esta falsedad como fundamento jurídico.


Yo recuerdo haber escuchado en mi época de estudiante que la justicia se instauró en las sociedades primitivas para evitar la venganza y el odio entre la sociedad al juzgar los crímenes personas sabias y ajenas al conflicto. Lo que supuso un bien social inigualable. Pero también que el estado tiene la obligación ineludible de salvaguardar a su población de los asesinos, ladrones, violadores, y demás malhechores. Entonces uno se pregunta: ¿si un violador no puede ser reeducado y por tanto no puede ser insertado en la sociedad, qué hacemos? ¿Lo dejamos en libertad al cabo de unos añitos para que siga violando chavalas? Los norteamericanos lo tienen claro: lo matamos. Pero nosotros no somos tan salvajes, así que habría que idear una pena que consista en salvaguardar a la sociedad de este peligro y eso podría ser la prisión permanente revisable o cosa por el estilo.

La ciencia neurológica sabe hoy cosas que pueden ayudar mucho en este pleito. De un modo muy simple, y por tanto muy inexacto, podríamos decir que la conciencia es una cualidad de nuestro cerebro y que se la puede tener en diversos grados de plenitud e incluso hay quien no la tiene. Pero precisemos la terminología para no incurrir en errores de bulto.

La CONCIENCIA se define hoy como la capacidad que tenemos para valorar el presente. Y la cantidad de información asimilada e integrada se corresponde con el nivel de conciencia. Esto nos dice que la conciencia es un proceso emergente del cerebro y, como bien sabemos, no todos los cerebros funcionan igual de bien. Es más, el nivel de conciencia de cada uno de nosotros depende de la cantidad de cultura asimilada, “digerida”. Por tanto para las personas que no han tenido el privilegio de educarse en un ambiente cultural tendrán un nivel de conciencia bajo. Ya solo por estas definiciones uno puede sospechar que una reeducación carcelaria, bien pasada la mayoría de edad, no va a tener un impacto apreciable en el nivel de conciencia de los presos.

No debemos confundir la conciencia con la CONSCIENCIA que no es más que el estado por el cual el sujeto tiene conocimiento de sí mismo y su entorno.

Pero la conciencia tiene diversos sones, uno de los cuales es la EMPATÍA que es la que nos viene al pelo en este análisis. Podemos definirla como la capacidad de comprender y compartir los pensamientos, deseos y sentimientos de otra persona. Gracias a la empatía nos duele el dolor ajeno, nos ponemos en el lugar de los demás para enjuiciar las situaciones y comprendemos porqué los demás piensan como lo hacen. Alguien ha definido la COMPASIÓN como la empatía en acción.

Las zonas de nuestro cerebro que están más implicadas en este proceso de la empatía están perfectamente localizadas (en la corteza cingular anterior y en la ínsula) e incluso el tipo de neuronas mayormente implicadas que son las recientemente descubiertas neuronas espejo.

Al igual que la conciencia, la empatía tiene su componente biológica y su componente educativa. Dependiendo del ambiente familiar, educativo y social en que se han desarrollado los niños se  incentiva la empatía o, por el contrario, se  inhibe. Ha podido demostrarse que en los profesionales que viven rodeados del dolor ajeno, como fisioterapeutas y algunos médicos, se produce una rápida regulación emocional de la empatía inhibiendo el proceso de percepción del dolor foráneo. También se ha visto que los psicópatas tienen un cerebro incapaz de empatizar y comprender las emociones de los demás.

¿Qué más necesitan los legisladores para comprender que el único modo que existe para proteger a la sociedad de los psicópatas es mantenerlos al margen?

Y quiero terminar esta reflexión resaltando un hecho: los que han recibido por herencia un cerebro incapaz de empatía, o la han destruido por haber tenido una infancia desestructurada y nefasta, NO SON CULPABLES, puesto que no ha intervenido en ello su voluntad consciente. Por tanto no merecen ser castigados por esta razón sino tan solo ser apartados, en caso de haber delinquido,  para que no causen más daño a los demás. Eso sí, el Estado y la sociedad en su conjunto, somos responsables de que algunos niños no reciban el cariño y la educación adecuada para mejorar sus cualidades humanas.

Manuel Reyes

15 de marzo de 2018

STEPHEN HAWKING ha muerto


El 14 de marzo de 2018


El científico más famoso de la actualidad, y sin duda, el más leído. Su famoso libro de divulgación científica “HISTORIA DEL TIEMPO” se tradujo a todos los idiomas existentes y se vendió por millones en todo el mundo. Solo Einstein se le puede comparar en fama y popularidad.

La terrible enfermedad (ELA) que le diagnosticaron cuando iba a comenzar su tesis doctoral le otorgaba un par de años de vida, hasta el punto de que pensó no comenzar su tesis. Sin embargo ha logrado vivir hasta los 76 años. Un gran éxito de la medicina moderna y de su fuerza de voluntad. Murió en la noche del número PI, como han publicado algunos medios de prensa, el 3-14, el 14 de Marzo. Más aún, nació el 8 de enero de 1942, exactamente 300 años después de la muerte de Galileo (el 8 de enero de 1642). Y más; ha muerto en la misma fecha en que nació Einstein (el 14 de Marzo de 1879). Y es que entre los científicos también hay magia.

Hizo la tesis con el que luego sería su gran amigo y colega Roger Penrose que acababa de deducir la existencia de las singularidades en el universo, a las que luego los “amigos”, para mofarse de su idea, les llamaron “agujeros negros” (en inglés coloquial “ojo del culo”). Hawking decidió finalmente hacer su tesis de la mano de Penrose y, desarrollando la Teoría de Relatividad General de Einstein, llegaron a la conclusión que el Universo debió partir de una singularidad inicial, de un agujero negro.

Es inevitable recordar que esta hipótesis de Hawking y Penrose sobre que la existencia de los agujeros negros podía deducirse de la Relatividad, añadía un punto más de credibilidad a la teoría del Big-Bang de LemaÎtre (1927). Y esto volvió a levantar el interés en el antiguo revuelo  eclesiástico que formó el jesuita, físico y matemático, Lemaître al hacer coincidir su hipótesis con lo que se decía en el Génesis respecto a cómo Dios hizo al universo.  Lo que puso a Hawking en el escenario del gran teatro de la ciencia y los dioses que ya inaugurara Galileo en sus tiempos.

Más tarde demostró que los agujeros negros “se debían evaporar”, esto es, que acabarían desapareciendo. A lo que se llamó después la Radiación Hawking. No obstante sus grandes aportaciones, su labor científica no ha llegado nunca a la envergadura de un Einstein ni un Newton, que le dieron la vuelta al conocimiento científico. Que originaron dos auténticas “revoluciones científicas” en el lenguaje de Thomas Kuhn. Ha ocupado hasta su muerte la Cátedra Lucasian, de matemáticas, de la Universidad de Cambridge, la que ocupó Newton.

Me ha admirado siempre, aparte de su facilidad y maestría para hacer sencillo lo complejo y facilitar el conocimiento científico a todo el mundo, su valor para no ocultar su no creencia en los dioses. Nunca lo ocultó, más bien lo difundió. Einstein tampoco era creyente pero siempre que le preguntaban sobre ello respondía tan astuta y diplomáticamente que mucha gente llegó a creer lo contrario.

Mi experiencia personal con él, aparte de haber tenido su libro Historia del Tiempo en mi mesita de noche como la biblia durante meses releyendo y subrayando, tuvo lugar cuando vino a Granada en el 2001, invitado por el IAA (Instituto de Astrofísica de Andalucía). Dio una conferencia en la sala de la Caja Rural y yo conseguí un butaca entre las primeras filas (reconozco que por enchufe) y viví una experiencia que jamás podré olvidar. Tras las presentaciones, el escenario quedó vacío y apareció por fin Hawking en su famosa silla de ruedas. Largos aplausos y finalmente silencio y gran expectación. Expectación, expectación, expectación, perplejidad, asombro. Pasaban los minutos y Hawking no se movía, no hablaba, no ocurría nada, absolutamente nada. Quizá pasaron 10 minutos, un año, un siglo, no sabría decir, y no se movían ni las moscas. Empezamos a mirarnos unos a otros con asombro, comenzaron los murmullos ¿Está vivo? ¿No se habrá muerto? De repente uno de los jóvenes astrónomos granadinos que estaba en la primera fila saltó de su asiento, subió al escenario de otro salto, rodeó la silla de ruedas y agarró el cable que pendía de ella, lo fue levantando del suelo hasta que por fin halló el enigma: ¡¡SE HABÍA DESENCHUFADO!! Inmediatamente se encendió la pantalla y comenzó la conferencia como si nada hubiera ocurrido, eso sí, sin mover ni un dedo, ni una pestaña.
Hawking en Granada
Fue una charla sencilla, genial y llena de simpatía, como es su personalidad, hasta se había traído un chiste gráfico sobre el Granada Club de Fútbol y fotos en las que aparecía él en un episodio de “Star Trek” jugando a las cartas en una mesa con Newton y Einstein.  Y es que el chaval nunca fue un arquetipo de humildad.


Nos hizo un repaso de la situación del conocimiento científico actual absolutamente clarividente pero hubo algo que me impactó y tampoco olvidaré. Nos comunicó como el final de la Evolución Natural de las Especies había llegado. El dominio que sobre el genoma habíamos logrado hacía que pudiéramos cambiar no solo el trigo o los tomates, como ya se estaba haciendo, sino el futuro del resto de animales y plantas. La Naturaleza necesita cientos o miles de años para que una mutación se consolide, nosotros lo podemos hacer en unas horas de laboratorio y a nuestra conveniencia. Ahora los que vamos a hacer el mundo a nuestra imagen y semejanza somos nosotros.

Un hombre irrepetible, extraordinario, una de esas lumbreras que iluminan el camino de la humanidad. Sin ellos no avanzaríamos. Descanse en paz.

Manuel Reyes

11 de marzo de 2018

Sobre el feminismo


Una reflexión a vuelapluma sobre la problemática del feminismo a raíz de la manifestación del 8 de Marzo 2018.


Creo que hace ya tres años que mi buen amigo Tomás Moreno editó un ensayo titulado: DE PANDORA A LA “FEMME FATALE”. En él se relataba de forma magistral la enorme cantidad de mitos que el hombre ha ideado a lo largo de toda la historia para lograr estigmatizar la figura femenina y conseguir así mantener el poder no solo a nivel de la tribu sino también de la familia.

Desde el mito bíblico de Adán y Eva donde, obviamente, ella es la responsable de la expulsión del Paraíso, hasta los más recientes mitos hollywoodienses donde se presenta a la mujer objeto, el libro pone negro sobre blanco la inmensa maraña de artimañas de que el hombre se ha valido para mantener a la mujer bajo su dominio.

Yo añadiría, desde mi cosecha, que el homo-sapiens-macho ha hecho esto con todo bicho viviente, no solo con las mujeres, sino con todos los demás hombres con los que ha podido y por supuesto con los animales, desde la noche de los tiempos. Y es que este asunto del poder lo lleva en los genes. Si usted alberga alguna duda biológica échele un vistazo al comportamiento de los machos entre los mamíferos o si no quiere irse muy por las ramas mírese la historia de nuestros antepasados reyes, emperadores, dictadores o de nuestros actuales políticos. Me hacen gracia las mujeres que se quejan de la existencia de un misterioso “techo de cristal” que no pueden atravesar para alcanzar los puestos de poder. Queridas mías, no es un cristal, son los puños de los que están arriba que os machacarán si intentáis seguir subiendo, a vosotras y a cualquier ingenuo que lo intente.

No obstante yo soy un convencido de que la cultura puede hacer milagros, y es por eso que creo que una vez que las mujeres han dejado de ser sumisas (por “culpa” de haber accedido a la cultura) y han decidido presentar batalla por el poder (aunque digan que por la igualdad) tienen la batalla inicial ganada. Y lo afirmo porque en el ambiente actual la clase masculina en general no está dispuesta a la lucha. Las mujeres, en el mundo occidental, no tienen enemigo. Solo han de ser capaces de superar, en colaboración con los hombres, los grandes problemas que la incorporación de la mujer al trabajo exterior al hogar han supuesto para la sociedad: Las necesarias ausencias por maternidad y la disminución dramática de la natalidad. En un momento en que, por añadidura, la robótica está dejando sin empleo a más de la mitad de los trabajadores.

Este es el gran reto y solo pude solventarse cambiando las estructuras sociales en muchos aspectos complicados, lo que a su vez implica grades batallas políticas a lo largo de mucho tiempo.

Quizá convenga aclarar la naturaleza de los tres grandes problemas mencionados más arriba.

El permiso por maternidad hace que las mujeres tengan que ausentarse del trabajo durante meses. Algunas prefieren años para sacar a los rorros adelante. Cuando vuelven al trabajo, si no lo han perdido, tienen que empezar de aprendices mientras sus compañeros han prosperado y ascendido. Una buena solución podría ser la ley aprobada en el País Vasco en la que el permiso de maternidad es obligatorio y para ambos cónyuges al mismo tiempo.

La disminución de la natalidad es una consecuencia de lo anterior, las mujeres por no perder su trabajo prefieren no tener niños, o tener uno solo, con lo que la natalidad cae tanto que se invierte la pirámide poblacional. Acaba habiendo más viejos que jóvenes y esto, entre otros males conlleva la quiebra del sistema de pensiones. Tan pocos jóvenes trabajadores no pueden mantener a tanto viejo que se niega a morirse. Una posible solución sería que el gasto de pensiones pase a los presupuestos generales del estado. Si hay dinero para “rescatar” a los bancos y grandes empresas que han sido saqueadas por los ladrones que pululan en connivencia con los políticos, y se lograra eliminar la corrupción de los gobiernos, sobraría dinero para las pensiones.

Las mujeres han decidido incorporarse masivamente al trabajo (50% de la población mundial) en las postrimerías de la era industrial, cuando la era robótica está dejando sin trabajo a millones de personas. Y no se piense que cuando hablamos de robótica estamos hablando de ciencia ficción. Un robot real, no Hollywoodiense, es solo una máquina que puede usar prestada la inteligencia de su programador, es decir, un ordenador, una impresora, una máquina de pintar coches o de envolver caramelos. Si el incrédulo lector no me cree le ruego que se haga esta pregunta: ¿Cuántos trabajadores tenían los bancos y cajas de ahorros hace 8 o 10 años? ¿Cuántos tienen ahora? ¿Qué pasó con esos cientos de miles de diferencia? Los han dejado en el paro los ordenadores. Ya no son necesarios porque la gente no tiene que ir al banco para hacer sus transacciones, las hacen desde su casa. Otro tanto ocurre con todos los organismos oficiales incluidos ayuntamientos, diputaciones, etc. solo que por no aumentar el paro prefieren boicotear los programas informáticos para que no funcionen. Por fortuna esta disminución de mano de obra no hace disminuir la riqueza sino todo lo contrario, de modo que “solo” tenemos que distribuirla mejor, al igual que el trabajo. Una solución sería trabajar menos horas ¿por qué hemos de trabajar 8 horas si con 4 ya sería más que suficiente? En cuanto a la distribución de la riqueza no tengo ni idea, aunque he de confesar que me asalta persistentemente el recuerdo de la Revolución Francesa, pero intento olvidarme.

Como puede apreciar el lector que haya tenido la santa paciencia de llegar hasta aquí los problemas que nuestra sociedad tiene planteados ahora son “sencillos” de resolver y “rápidos”. Si en 50 años se hubieran resuelto podríamos darnos por satisfechos. Y la clave para lograrlo es lo que el autor de “Homo Deus”, Yuval Noah, considera la cualidad clave del éxito de la raza humana: LA COOPERACIÓN FLEXIBLE. Los humanos somos capaces de cooperar para conseguir un determinado fin con millones de otras personas aunque sean de continentes y creencias distintas, incluso somos capaces de cambiar nuestras perspectivas ante situaciones nuevas inesperadas. Ningún animal de este planeta es capaz de hacer lo mismo. De ahí que nos hayamos convertido en los “dioses” de nuestro mundo.

No hay pues motivo para el desánimo. Trabajemos en colaboración hombres y mujeres, aprovechemos lo mejor de cada uno para lograr un fin común: la vida pacífica y llena de felicidad, aprovechando la riqueza y bienestar que nuestra inteligencia y nuestros conocimientos científicos y tecnológicos nos han brindado.


Bibliografía fundamental en la que me he basado:

“De Pandora a la Femme Fatale”, mitos figuras y estereotipos de estigmatización femenina, de Tomás Moreno Fernández. Ed Dauro, 2015. ISBN: 978-84-16340-35-4.

“Homo Deus”, breve historia del mañana, de Yuval Noah Harari. Ed Debate, 2017. ISBN: 978-84-9992-801-1.